Un filósofo dijo hace muchos años: «Dime lo que comes y te diré quién eres».
Me parece que en nuestro tiempo se puede decir una frase mejor, como: «Dime qué pastillas tomas y te diré quién eres». Suena terrible, pero es verdad. Desafortunadamente, hoy en día las drogas químicas que dan un efecto rápido acaban de instalarse en nuestras vidas diarias. Nuestro acelerado ritmo de vida requiere una resolución rápida de problemas, un efecto rápido, resultados rápidos.
El cáncer, la depresión y la adicción a los opiáceos ahora se consideran problemas globales. Alrededor de 0,5 millones de personas en todo el mundo mueren a causa de las consecuencias del consumo de drogas. Más del 70 % de las muertes están asociadas con el uso de opioides, y más del 30 % de estas muertes se deben a sobredosis.
El cáncer causa más de 3,7 millones de casos nuevos y 1,9 millones de muertes cada año y es la segunda causa de morbilidad y mortalidad en Europa.
La depresión es un trastorno global que afecta aproximadamente
Las personas han logrado un gran éxito en la medicina, pero desafortunadamente todas las medicinas artificiales tienen efectos secundarios, además, hay muy pocos medicamentos que ayuden a restaurar el cuerpo, mejoren los procesos naturales de los sistemas y no causen adicción o efectos secundarios.
Por casualidad, durante su estudio de la planta de cannabis el profesor israelí Rafael Meholam, junto con otros investigadores en los años setenta del siglo XX, descubrió una sustancia única, a la que se denominó CBD., El descubrió la fórmula del cannabidiol y pudo describir su estructura.
El cannabidiol (o CBD) es una sustancia que se encuentra en grandes cantidades en el cáñamo. El cannabinoide es solo uno de un grupo de 110 sustancias complejas y únicas actualmente conocidas en cannabis. Por sí mismo, no tiene propiedades psicoactivas, es decir, no causa una distorsión de la conciencia y no afecta la percepción general.
El primer uso de cannabidiol con fines médicos se produjo en 1985, para un paciente que padecía la enfermedad de Parkinson. El uso clínico del fármaco ha demostrado que el cannabidiol puede controlar la discinesia que se produce en la enfermedad de Parkinson. Además, el estudio del CBD cómo fármaco siguió cobrando impulso.
Gracias a numerosos estudios científicos, se ha establecido que el CBD tiene muchas propiedades medicinales. Estudios realizados en el mundo, demuestran que el componente Cannabidiol o CBD, presente en la planta de Cannabis, es un fito cannabinoide con propiedades antiinflamatorias, ansiolíticas, antidepresivas y altamente efectivas para el tratamiento del dolor, que han beneficiado a miles de personas alrededor del mundo.
Por lo tanto, los productos de cannabis están ganando popularidad porque pueden usarse en diferentes tipos de terapias, así como solo para el bienestar general.
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